Inspirada en la Rue de Rivoli de París, la calle de el Marqués de San Esteban, unía allá por el XIX, el centro de Gijón con la antigua estación de tren a -hoy Museo del ferrocarril- través de una gran arcada, que protegía a los viandantes de las inclemencias del tiempo y les evitaba tener que cruzar las vías que atravesaban la calle con el carbón de Hulleras de Langreo.
Es extraño imaginarse el centro de la villa marinera atravesado por la vía estrecha, y repleto de vagonetas cargadas de carbón. Pero, así era. No os voy a hablar de concesiones, ni de permisos de construcción otorgados a los nobles empresarios de la época, porque no es mi intención complicar la situación. Quiero que os divirtáis imaginando. Así que os propongo un juego. Pensad en cómo sería esta céntrica avenida repleta de vías, a medio asfaltar y llena de humos. Una calle que le robó terreno al mar, para que sobre ella se construyera uno de los barrios más bonitos y distinguidos de la ciudad. Así, se pensó en emular la Rue de Rivoli de París, una paralela al Sena, conocida por sus arcadas.
No hoy que olvidar, que en pleno siglo XIX, la ciudad necesitaba nuevas infraestructuras navales. La carga de trabajo cada vez era mayor, y el mar fue cada vez perdiendo más espacio. Así se crearon el muelle, donde está la lonja de pescado, y la zona que hoy conocemos como Fomento, era un muelle explotado por la Industria de Fomento de Gijón, de ahí el nombre.
Por aquel entonces la playa de Poniente, era denominada de Pando, y allí se iban los nobles a hacerse sus baños de olas.
Curioso, ¿verdad?
Ahora os dejo con el aspecto actual de la calle.
¡Espero que os guste! ;)