A Garbatella!

Un borgo de principios del siglo pasado: Garbatella. Sobre el nombre... hay mil historias. Mil hipótesis... algunas miran a una mujer. La propietaria de un hostal, de nombre María o quiás Carlotta, muy querida por los peregrinos. Otras hablan de una planta característica... ¡Ninguna certeza! Comenzó a construirse durante los años veinte sobre las colinas cercanas a la Basílica de San Paolo. Pertenciente a la zona Ostiense, fue ideado como una Ciudad Jardín que daría cobijo a un gran número damilias obreras. Cada edficio cuenta con un terreno, que en cierta manera, buscaba garantizar el sustento de las familias gracias a pequeñas huertas.  



Recorrer sus recobecos es dar un salto al pasado.
Es adentrarse en el barrio más tradicional en la que os paseantes se conocen, y se saludan animadamente mientras pasean al perro o se toman un café. La estructura, un estilo libre, en el que las casitas unifamiliares y los edificios (de no más de tres plantas) se alternan entre las callejuelas. Así como lo hacen las Vespas, relucientes, y las bicicletas oxidadas, que esperan ansiosas a pie de calle el próximo paseo.

Tranquilidad, silencios rotos por el murmullo de alguna conversación o el motor ranqueante
de un antiguo coche.  Una atmósfera popular, diferente al resto de la ciudad, de tendales con coladas blancas, pero también camisetas de colores vivos. Un "quartiere" vivo, con una gran tradición "partigiana" en el que ya huele a primavera.
















Explorando...  ;)