Rumbo al Mirador de la Providencia de Gijón


Desde la Iglesia de San Pedro al Parque de La Providencia: 
casi 6 km de paseo bordeando la maravillosa corta de Gijón entre esculturas de arte conceptual, playas escondidas, acantilados y mar abierto

¿Os venís?


¿Cómo llegar a este mirador sobre el mar situado en el Cabo San Lorenzo?
Pues muy, pero que muy fácil; solo hay que llevar un calzado cómodo y tener ganas de caminar. El recorrido es muy sencillo, ya que solo hay que seguir hasta el final el Paseo de la Playa de San Lorenzo. El camino puede ser tan largo como vosotros queráis, o mejor dicho, la incorporación al paseo marítimo podéis hacerla desde cualquier punto. Nosotras, en este caso, preferimos hacerlo desde Cimadevilla, para disfrutar al máximo del paseo. Ayer hacía un día realmente estupendo, no soplaba el viento y por la temperatura, parecía un día de primavera. Además nunca había visto un mar tan tranquilo. Lo que viene siendo un día perfecto para pasear. Así que había que aprovecharlo. 

Volviendo al recorrido...como os decía hay que seguir el paseo; atravesar el puente sobre la ría del Piles y seguir hasta el Rinconín. En el camino pasaréis por el cafeterías y restaurantes, y podréis disfrutar desde otra perspectiva de Gijón. Al fondo, en pequeño, veréis el Elogio del Horizonte sobre Cimadevilla. Continuamos caminando, saludamos a la Madre del Emigrante y empezamos a bordear la costa. A partir de aquí, comenzarán a alternarse pendientes, cuestas y escaleras; pero también bancos, parques y merenderos. El camino se hace un poco más abrupto, pero las vistas son cada vez mejores.  El mar se hace más ancho, el paisaje se amplia y los acantilados son un poco más altos. Desde arriba el agua parece cristalina, y en días como ayer, todavía es frecuente encontrar bañistas y gente tomando el sol, sobre todo entre los recovecos de Peñarrubia

¡No hay pérdida! Siguiendo el camino, el Mirador de la Providencia cada vez se hace más grande, hasta que nos encontramos casi debajo. Una vez en el parque podemos bajar, y disfrutar del mar desde uno de los bancos de la parte inferior o subir al Mirador y ver Gijón (casi) a vista de pájaro. 

¡Para repetir!