Ciutadella #1
Pasear por las calles de que la que fuera la primera capital de la isla, es como hacerlo por un laberinto de luz y color: las callejuelas estrechas dan paso a amplias plazas, hoy llenas de cafeterías y gente que charla animadamente en las terrazas. Calles arcadas con tiendas de todo tipo, pero todas con un inconfundible toque Mediterráneo, incluso el mercado de pescado tiene su encanto.
Recorrer el centro histórico es adentrarse en la historia menorquina, los palacios eclesiásticos, las casas nobles y la catedral en el punto más alto de la ciudad reflejan parte de su rico pasado. Un pasado no exento de luchas y batallas no ganadas, como así lo testimonia el obelisco de la plaza del ayuntamiento que recuerda en latín el fatídico asedio de Barbarroja a la ciudad en el 1558.
Desde Ciutadella, también conocida como Cap de Ponent debido a su posición hacia el oeste, se puede disfrutar de unos atardeceres únicos: mientras el sol va descendiendo el cielo explota en mil colores para crear, justo antes de ponerse, una atmósfera anaranjada que recorre cada rincón de la parte alta de la ciudad.
Por su parte, a los pies de la ciudadela se extiende un concurrido puerto natural, centro de la vida vespertina y nocturna de la ciudad.
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