Lluvia.
No le importa si llevas un paraguas, si la esperabas o no, ella, siemplemente cae.
Y es lo único que podemos hacer: dejarla que caiga.
Desde que ha dado comienzo la "bella estación" han sido pocos los días primaverales.
Las gotas de lluvia y las tormentas están robándole el protagonismo al sol,
que este año parece querer hacerse de rogar. Mientras este se decide la vida continúa.
Las flores ya comienzan a lucirse; los vendedores ambulantes de paraguas hacen su pequeño agosto en pleno abril y los turistas siguen paseándose por la ciudad surtidos de paraguas y plano.
No le importa si llevas un paraguas, si la esperabas o no, ella, siemplemente cae.
Y es lo único que podemos hacer: dejarla que caiga.
Desde que ha dado comienzo la "bella estación" han sido pocos los días primaverales.
Las gotas de lluvia y las tormentas están robándole el protagonismo al sol,
que este año parece querer hacerse de rogar. Mientras este se decide la vida continúa.
Las flores ya comienzan a lucirse; los vendedores ambulantes de paraguas hacen su pequeño agosto en pleno abril y los turistas siguen paseándose por la ciudad surtidos de paraguas y plano.
Y las ganas de buen tiempo
crecen con cada gota...
crecen con cada gota...