Pure



Pure, adoro el blanco. 
Por la serenidad y la sensualidad que se esconden en su ausencia de color. 
Es atemporal, por no decir que es eterno. Es el tono del invierno en las montañas, pero también del verano en las blusas y en los vestidos de gasa. El blanco es frescura y elegancia. 

Y precisamente de frescura y de pureza (cutánea) os quiero hablar hoy. 
Una piel sin impurezas no es fácil de conseguir. Yo estoy en ello desde hace tiempo, pero soy un desastre. Cada vez soy más consciente de que, tanto los productos que nos aplicamos en la piel, como lo que se come afecta directamente a la epidermis. Como estamos en época navideña, la parte de cómo una buena alimentación tiene relación con la elasticidad y luminosidad de la piel, lo dejamos para el año que viene. Ahora disfrutemos de las fiestas, sin pensar en el colesterol, los kilos de más o los granitos, ¿no os parece? 

Pues si estamos de acuerdo hoy me gustaría hablar de la importancia de los productos. Como os decía, yo he sido siempre un poco desastre, y a pesar de tener la cara llena de impurezas o acné (sobre todo en periodos de más estrés), seguía utilizando maquillajes y cremas hidratantes ya de por sí grasas, que en contacto con mi piel hacían que pareciera una bombilla, por cuanto me hacían brillar. Pero como se suele decir, nunca es tarde, y desde hace unos meses utilizo  la línea de maquillaje  "oil free" de Avène. Me lo aconsejaron en la farmacia y funciona de maravilla. Cubre, pero lo hace de una forma tan natural, que parece que no llevas nada. Desde entonces, ¡adiós a la careta! O lo que es lo mismo, al contraste terrible entre el tono de la piel del cuello y el del maquillaje del rostro. 

Y ahora utilizo también, la crema hidratante de la misma casa. Libre de grasas, y con protección solar.  Mi piel me lo está agradeciendo. 

Yo he hecho muchas locuras con mis pies - el dedo gordo lo demuestra- y con mi piel a lo largo de los años. He usado maquillajes grasos, de cadenas de cosméticos muy conocidas, pero que maltrataban notablemente el cutis. Me he dormido muchas veces sin desmaquillarme, y me despertado otras tantas con los ojos como un mapache, porque me daba una pereza increíble limpiarme la cara antes de ir a dormir. ¡Error! A día de hoy utilizo un agua micelar muy pero que muy barata (no llega a los 2€ en Clarel), que permite quitar la base y el rimero en un periquete, solo aplicándola con un disco desmaquillante. 

No soy yo mucho de dar consejos, porque considero que no entiendo nada de productos de belleza. A duras penas consigo echarme el pinta labios sin marchar los dientes, así que con eso os lo digo todo. Pero si tenía ganas de mostraros estos productos por lo bien que me encuentro con ellos. Quizás en el mercado haya cosas mucho mejores, así que si queréis comentar, o sugerir ¡adelante! 

Sobre perfumes tengo aún menos que decir, en casa, tanto mi madre como yo, optamos por perfumes frescos como puede ser Tous o Noah de Cacharel, también por su frescura, aunque este año a Santa Claus le ha parecido que echaba de menos a Miss Dior (algo más dulce que las demás pero con una fragancia muy muy femenina) y la ha hecho volver a casa. ¡Gracias Santa! 

Ya sé que no es tipo de post al que estáis acostumbrados pero espero que os guste. 
¡Felices fiestas!