Florencia, Firenze, Florence...
Hablar de ella es hacerlo del Renacimiento: de arte, de historia; de calles que huelen a óleo y a carne a la brasa. Es el Infierno, en Purgatorio y el Paradiso de Dante; son las obras de Michelangelo, la Cúpula de Brunellleschi o la Básica de San Lorenzo. Es pequeña, quanto rica, noble y hermosa.Ciudad Estado, potente y señorial, morada de la familia por excelencia: "I Medici", y hoy lugar de reposo de tantos grandes artistas, que vieron en "La Santa Croce" el lugar perfecto para trascurrir la Eternindad. De Ponte Vecchio a Palazzo Pitti; de l'Accademia a Santa Maria Novella, cada rincón merece la pena. La vista se recrea callejuela tras callejuela, plaza tras plaza: pero la de la "Signoria", con su torre del reloj y sus paredes al fresco y la copia del David, se lleva el premio.
"Una bomboniera" con más de Mil años de historia...