esconde en un interior uno de los jardines más enigmáticos de Roma. No solamente por su laberinto o los miles de símbolos que lo componen, sino por su hermetismo. Ya que para acceder a él hay que esperar la Fiesta de República (2junio), cuando se abren sus puertas de manera gratuita para todos los que quieran acercarse a disfrutar de la maravillosa panorámica de la ciudad, perderse en el laberinto o simplemente explorar "un lugar prohibido".
Una oportunidad única de disfrutar, con música orquestal de fondo, de un entorno que sintetiza la idea renacentista de que el hombre es el centro, y por ello incluso capaz de modelar la naturaleza. Prueba de ellos son las fuentes, las grutas artificiales que lo forman. En el que no faltan los seres mitológicos como ninfas y faunos, una arquitectura natural que se combina a la perfección con las dependencias presidenciales, creando una atmósfera irreal. El escenario perfecto en el que representar "Sueño de una noche de verano".