La luna sobre la Ciudad Eterna
"¡Estar en Roma y no pasear, no sería diverito!",
es una frase dicha por el escritor norteamericano Herny James al que no le faltaba razón.
Recorrer la ciudad a pie es uno de los pocos caprichos que uno se puede permitir de manera gratuita. No es la primera vez que hablamos del encanto de las callejuelas bajo la luz de las farolas y me temo que tampoco será la última.
Aún con el viento fresco que está caracterizando las horas nocturnas de la capital, y las temperaturas particularmente bajas para esta época del año, recorrer el centro, iluminado por la luz de los escaparates de las Grandes Maisons de la moda, no hace que pierda encanto. Al contrario, lo incrementa, ya que disfrutar de Via dei Condotti o de Via del Corso prácticamente desiertas no es algo que sucede todos los días.
Así que solo hay que dejarse llevar...
es una frase dicha por el escritor norteamericano Herny James al que no le faltaba razón.
Recorrer la ciudad a pie es uno de los pocos caprichos que uno se puede permitir de manera gratuita. No es la primera vez que hablamos del encanto de las callejuelas bajo la luz de las farolas y me temo que tampoco será la última.
Aún con el viento fresco que está caracterizando las horas nocturnas de la capital, y las temperaturas particularmente bajas para esta época del año, recorrer el centro, iluminado por la luz de los escaparates de las Grandes Maisons de la moda, no hace que pierda encanto. Al contrario, lo incrementa, ya que disfrutar de Via dei Condotti o de Via del Corso prácticamente desiertas no es algo que sucede todos los días.
Así que solo hay que dejarse llevar...