Sede Vacante




La ciudad del Vaticano amanecía soleada.
La cúpula se erguía orgullosa y resplandeciente bajo la atenta mirada de la multitud que se dio cita entre las columnatas de la plaza de San Pedro. Esta vez, para los amantes de interpretar los signos, no hubo rayo, sino fulgor. Media hora antes todo estaba listo. Los altos cargos eclesiásticos y políticos llegados de todo el mundo ya estaban en sus asientos a ambos lados del lugar que ocuparía el Pontífice. En la plaza, entre la gente, las banderas y las pancartas, difícilmente cabía un alma más. A las diez y media, con precisión suiza, comenzaba Ratzinger su recorrido en el «papamóvil». Iba de pie y saludaba sonriente, lo que arrancó la ovación de los presentes....Continúa en.. 
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A las puertas del Cónclave...

A las cinco en punto de ayer, mientras todas las iglesias de la Ciudad hacían resonanar sus campanas para anunciar la Sede Vacante, Benedicto XVI ponía rumbo en helicóptero a Castel Gandolfo. El palacete estivo papal, 
 en el que permanecerá hasta que el nuevo Papa venga elegido. Momento en el que volverá al Vaticano para dedicar los últimos días de su vida a la oración. Ratzinger continruará siendo Su Santidad, como Papa Emérito e indosará la vestidura blanca.  "Soy un peregrino en la última etapa del viaje". 

Momento de emotivas despedidas y últimos encuentros oficiales.
A las ocho de la tarde, cerradas las puertas de madera del complejo estivo sobre el lago de Albano, se ponía fin al pontificado de Benedicto XVI. Mientras que en el Vaticano, con la bandera papal bajada y la ventana de sus aposentos totalmente cerrada no queda que esperar el comienzo del Cónclave y la decisión cardenalicia.



















María Gancedo desde la Ciudad del Vaticano. 
(Me hacía ilusión escribirlo)