Después de un cómodo viaje a primera hora de la mañana, la jornada se presentaba intensa: papeleos, fotos de la orla y rencuentro de cuatro compañeras de aventuras pasadas, y pendientes.
Un día que pasó volando entre risas y recuerdos. Comer en el Grafit, en el corazón de Indautxu, recorrer Gran Vía haciendo fotos o encontrarse con los regalos desprotegidos del carbonero más famoso del mundo: Olentzero
Una auténtica reexploración de la ciudad bajo el aura de la Navidad.
Encuentro y, de momento, despedida.
¡Agur, Bilbao!
