Italia, país de la moda. Estaba predestinado a ello desde el principio, pues tiene forma de bota con tacón de caña alta. Como la moda, la política italiana es inestable y compleja. Está llena de casos curiosos, de situaciones de embarazosas, de misterios sin resolver y de políticos corruptos. Una telaraña muy bien hilvanada que tiene un ingrediente muy especial: la mafia. Hablar de Italia, de los italianos es hablar de cultura, historia, cuna de la civilización occidental, heredada de los griegos.
La mejor definición que he encontrado es la del periodista Massimo Gramellini analista político de La Stampa, que dice Si el mundo fuera un ajedrez, las grandes naciones serían los peones, el rey, la reina... Italia sería el caballo, la única pieza que no se mueve en línea recta, hacia adelante o hacia atrás, sino en diagonal". Analiazando la historia italiana, sin profundar demasiado es imposible contar un momento cualquiera de la Italia reciente sin tropezarse con muertos sin respuestas y encubrimientos. Tapando, recurriendo a ramas desviadas de los servicios secretos, criminalidad organizada o masonería, el Poder se ha garantizado su continuidad. Faltan verdades finales, así decía Lucía Magi para El País a mediados de marzo.
Así iniciaba un trabajo de Historia sobre el declive de Italia. En este momento, con otros ojos, con la experiencia de haber recorrido las calles y haber escuchado de primera mano las opiniones de los realmente implicados, parece que todo cobra un sentido mayor.
- Desde Roma para La Nueva España:
La Ciudad Eterna, reina hegemónica del Mediterráneo durante la antigua época romana, vuelve a ser escenario de la caída de un imperio: el de Berlusconi. La pasividad frente a los problemas financieros, así como la progresiva pérdida de credibilidad en el mercado europeo, y dentro del propio Parlamento, lo han llevado a decir adiós tras diecinueve años en primera línea política por la puerta de atrás dejando una ley de estabilidad aprobada en el último minuto, la incertidumbre de un gobierno técnico, y la existencia de más similitudes de las deseadas con la vecina Grecia.
“Poner al frente del gobierno a un experto en finanzas lo único que consigue es camuflar el problema pero no lo soluciona”, asegura José María Viejo, un fraile dominico de Quirós que hace cuarenta años dejó su Asturias natal para venir a la capital italiana. A sus 68 años es profesor de Biblia en la Universidad Católica Santo Tomás de Aquino, en pleno corazón de la ciudad. Para el principal problema de la crisis es la falta de honradez y de valores humanos. “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades durante mucho tiempo”, recalca. Está convencido de que Gracia no será capaz de pagar todo el dinero que le han prestado. Gastar, gastar, todo es un mundo ficticio porque “el mundo del dinero es ficticio”, añade. “Toda la sociedad se basa únicamente en gastar, faltan las fuentes de ingresos lo que provoca que deuda a deuda se genere un empobrecimiento que un determinado momento explota y pasa lo que está sucediendo. Acabaremos como Grecia”. A pesar de llevar tanto tiempo dedicado a la orden, en su juventud trabajó en la industria minera por lo que ha experimentado el cambio de mentalidad laboral. “Uno tenía un trabajo estable y la vida era más relajada porque el concepto de empresa era fuerte. Nadie habría dicho que HUNOSA quebraría y quebró”. Tiene una mente rápida, y recuerda como cuando llegó a Roma el nivel de vida era muy alto en comparación con lo que él había experimentado en España. “ahora estamos a la par”, asegura. Reconoce que la crisis no le afecta en el mismo grado que al resto de los italianos. Aunque sí nota que repercute ligeramente en los estudiantes de la Universidad. “Antes, cuando el euro estaba por debajo del dólar había más americanos. De un tiempo a esta parte con la subida del euro cada vez vienen menos”, apostilla “porque aunque Obama no lo reconozca, esta crisis no es solo a nivel Europeo”.
Paradójicamente, los días son más claros y el sol brilla más fuerte cuanto más inestable se presenta el futuro para la sociedad italiana. “Con la ley de estabilidad se aprueba todo aquello que va en contra del estado de bienestar”, asegura Paolo Ferrero, secretario general del partido italiano Refundación Comunista. Para ellos esta crisis tiene un culpable: El Banco Central Europeo y su política de préstamos con un interés especialmente gravoso para los estados. Aunque, bajo su punto de vista, Italia es más fuerte que Grecia está convencido que con la intervención en el país, lo único que se conseguirá será aumentar la especulación y con ella las diferencias sociales.
Los jóvenes son los más conscientes de la situación de precariedad en la que va a tener que desarrollar su porvenir. “Tarde o temprano pasará lo mismo que en Grecia”, se resigna Alessandro Conti, un estudiante de 26 años para el que las posibilidades de un “trabajo fijo han dejado de existir”. Por su parte, el siciliano Domenico Scuderi, tiene un trabajo fijo como informático en el Ministerio de Agricultura pero eso no le hace desentenderse de la realidad: “ Las perspectivas de trabajo para los jóvenes son prácticamente inesistentes en un momento en el que solo se habla de recortes sociales y despidos”. Esta idea de la precariedad es compartida por Valentina Paolessi , una activista de Greenpeace, que a sus 32 años, solo ha tenido un contrato de trabajo por no más de un año, ya que el resto de su actividad laboral ha sido siempre en “negro”. Por lo que asegura convencida: “el futuro está fuera de este país”.
Mientras unos que se quieren ir a buscar fortuna fuera de las fronteras del país transalpino, otros vienen a la capital italiana a aprovechar las oportunidades que se ofrecen a los estudiantes europeos. Es el caso de tres jóvenes doctores españoles: Álvaro Canales, Enrique Hernández y Manuel Moreno. Llegaron a la capital hace dos meses con una beca postdoctoral que les permite realizar trabajos de investigación en la Escuela Española de Historia e Arqueología. La ayuda que reciben está directamente ligada a la situación económica del país y a su presupuesto en I+C, lo que les producen estar atentos a los temas de actualidad en materia política y económica. Desde el punto de vista económico consideran que la Ley de Estabilidad refleja medidas impopulares, que en España ya han tenido que llevarse a cabo y “parece que han ayudado a salir un poco de la recesión”, asegura siempre Hernández. “La situación es bastante delicada”, aseguran, “El propio Berlusconi es consciente de que su momento ha pasado. Aunque con él nunca se sabe”.
Una lectura mucho más amplia hace Andrea Guiso, profesor de la universidad de estudios de Roma “La Sapienza”, para quien la crisis no solo afecta a la economía o a la política. La complejidad de esta situación va mucho más allá, “Se trata de una crisis de la propia democracia”. Considera que “son los mercados, en absoluto representativos, los que deciden verdaderamente lo que deben hacer los estados soberanos”. Además de un crisis desde la integración en la Unión Europea y la aceptación de la moneda única. Italia juega un papel secundario en el eje “Merkozy” (Merkel y Sarkozy). Considera que el país está pagando el hecho de tener un sistema político institucional extremadamente deficiente, y la falta de credibilidad en el marco económico europeo. “Se nos impone una capitalización que grava muchísimo más a las bancas italianas, bajo lo que llaman medidas técnicas. Todo ello a pesar de que otros estados han sido mucho más ábiles con la expulsión de bonos tóxicos”, añade. Reconoce que el Euroexepticismo italiano en relación a la moneda única puede que sea el más difenciado en relación al resto de países de la Unión. “Tal vez porque Italia siempre ha tenido unas características y de desarrollo políticas muy particulares”, asegura.
Roma, ciudad de contrastes. Mientras el coliseo está abarrotado está abarrotado de turistas que se hacen fotos con los centuriones romanos que se pasean por los alrededores, y las terrazas de las “trattorias” bullen de comensales, en el centro administrativo de la ciudad se viven los momentos más tensos de la Republica. Con paso tranquilo, al más puro estilo italiano, (llegar puntual significa hacerlo con 15 minutos de retraso), Italia y su gobierno tomarán las decisiones necesarias para evitar que el barco no se hunda en el último momento. Como recalca el profesor Guiso:
“Basta conocer un poco la historia de Italia para darse cuenta que las grandes decisiones se han llevado a cabo después de una guerra o si existe una fuerte presión exterior”.
http://www.lne.es/economia/2011/11/13/roma-sindrome-atenas/1156088.html
:: Monti, tras aceptar el cargo,
comienza su andadura con un encargo nada fácil por parte de Napolitano:
"Crescita ed equità".
:: Monti, tras aceptar el cargo,
comienza su andadura con un encargo nada fácil por parte de Napolitano:
"Crescita ed equità".