Chillida quiso enmarcar el horizonte gijonés
desde el punto más alto de la ciudad: el cerro de Santa Catalina.
Sin proponérselo, creo, también rinde tributo al viento, que allí nunca descansa.
Y poquito más abajo, pero igualmente elevado sobre la ciudad,
se encuentra Cimadevilla o Cimavilla, el barrio más antiguo a
cuyos pies descansa el puerto.
¡¡Es café!! :) |
¿Qué tendrá el mar?