Cuenta la leyenda...
... que una noche salieron por las calles de Roma el Viento y el Diablo, cuando llegaron a la Piazza del Gesú se quedaron estupefactos delante de la Iglesia del mismo nombre. El Diablo le dijo a su compañero de paseo que tenía asuntos que tratar en el interior y que volvería enseguida. Nunca salió y el Viento, fiel a su "amigo" continua esperando en la plaza.
Así explica el imaginario romano la presencia incansable del viento en esta plaza situada al principio de la "Via Vittorio Emanuele".
El Diablo entró y no ha vuelto a salir, no se sabe si continua fascinado por los techos brocados de esta iglesia gesuita, o se le ha tirado al cuello San Miguel. Mientras se aclara la situación y el viento sigue esperando:
¿Un tentempié?