Como una niña...
Despertarse y ver que debajo del árbol no hay carbón,
sino muchos paquetes. ¡Qué nervios! ¿Para quién sería cada uno?
La solución llegaría a la hora del postre, con el obligado Roscón...
Entre otros regalos, ahí estaba ella envuelta en papel de regalo rojo: mi nueva compañera de aventuras callejeras. Una Nikon, pequeña, manejable y ¡granate!
¡Bienvenida!