En mitad de una semana entre apuntes, y horas de biblioteca también hubo un respiro con sabor a pizza y vino "rosso" al otro lado del Tevere para celebrar un 21 cumpleaños.
Después de la cena en una coqueta "trattoria" decorada con murales al estilo imperial y el soblo de velas protocolario sobre unos trozos de pan, nada mejor que un paseo por las serpenteantes y empedradas calles del del Trastevere.
Vías estrechas que de repente desembocan en grandes espacios,
como la Piazza di Santa Maria in Trastevere. Un lugar con un encanto magnético donde parar y tomar un Capuccino para entrar en calor a la luz de las farolas al son de ritmos jazz de los artistas callejeros.
Un momento de tranquilidad breve. De nuevo en el centro,
entre el ajetreo de la urbe para coger autobús en dirección a casa.
